Los neandertales (3): Cómo pensaban

Durante decenas de miles de años, los neandertales – los primos más cercanos de nuestra especie, Homo sapiens – eran los reyes de las praderas y selvas de Europa y Asia occidental. Tal como vimos en los posts anteriores de esta serie, los neandertales obviamente no eran tan subdesarrollados como se pensaba en el pasado. Eran una especie exitosa que durante más de 200.000 años logró sobrevivir en un entorno a veces hostil (especialmente durante las épocas de hielo), extendiéndose desde Inglaterra hasta el Levante mediterráneo, y desde la península ibérica hasta la Siberia (hasta que, hace alrededor de 45.000 años, los humanos modernos empezaron a entrar en sus predios). Eran excelentes cazadores y su dieta no se limitó a los animales grandes. Producían herramientas a veces sofisticadas, y elaboraban, por lo menos ocasionalmente, objetos de arte, con alguna finalidad socio-cultural.

Pero todavía no hemos hablado de los aspectos sociales y culturales de sus vidas. Pudiera parecer extraño, hablar de estos aspectos tan intangibles de la vida de aquellos seres desaparecidos, pero veamos qué se puede deducir al respecto.

Capacidad cognitiva

El volumen craneal de los neandertales era un poco mayor que el de los humanos, pero si se hace un ajuste por la mayor masa corporal de los neandertales y sus ojos más voluminosos, el tamaño corregido del cerebro neandertal era menor que el de los humanos. Esto puede haber resultado en una menor capacidad cognitiva de los neandertales[i]. Esto no los hace necesariamente subdesarrollados, pero no debemos perder de vista esta diferencia entre los neandertales y nosotros a la hora de considerar su manera de pensar y su cultura.

El lenguaje

El lenguaje no deja rastro en el registro arqueológico. Por lo tanto, algunos investigadores han utilizado la calidad de las herramientas y expresiones artísticas de los neandertales, en comparación con las de los primeros humanos en Europa, como indicador de la presencia o ausencia del lenguaje. Concluyeron que los humanos sí tenían un lenguaje, mientras que los neandertales no. Sin embargo, evidencia genética, así como la forma del cerebro, el oído y el tracto vocal indican que los neandertales (y sus antecesores, el Homo heidelbergensis) ya tenían la capacidad genética y fisiológica para producir lenguaje[ii] (ver también mi post del 19 mayo 2015). En el material genético de los neandertales (y de sus primos, los denisovanos) se ha identificado el gen FOXP2. En los humanos modernos este gen genera una proteína que regula una gran cantidad de genes relacionados con el lenguaje[iii]. Personas con una deficiencia del gen FOXP2 tienen serios problemas a la hora de mover la lengua y los labios con suficiente precisión para articular palabras[iv]. Esto sugiere que los neandertales tenían una capacidad del habla parecida a la nuestra actual[v]. Y lo más probable es que, de tener la capacidad de hablar, la hayan aprovechado.

Por otro lado, un modelado del tracto vocal de los neandertales sugiere que, aunque los neandertales sí eran capaces de hablar, los sonidos que lograban producir no eran tan refinados como los fonemas (sonidos) del lenguaje humano[vi].

Una forma distinta de comunicación es la risa. ¿Habrían tenido los neandertales algún sentido del humor? Obviamente no lo sabemos, pero se considera que, puesto que se requiere una capacidad cognitiva bastante avanzada, es probable que, de tenerlo, haya sido limitado[vii].

Arte, adornos y pensamiento simbólico

El término “pensamiento simbólico” se refiere a la capacidad de representar cosas e ideas utilizando símbolos. Este concepto es importante para los estudiosos de los antecesores de nuestra especie, los paleoantropólogos, ya que se considera que una especie que cuenta con la capacidad del pensamiento simbólico tiene una capacidad cognitiva alta – parecida a la de los humanos actuales.

El mejor ejemplo del pensamiento simbólico es el lenguaje, en el cual cada palabra es un símbolo que representa algún concepto; lo que implica que el desarrollo del lenguaje y la aparición del uso de símbolos probablemente han ido de la mano.

La aparición de los símbolos también está reflejada en las primeras pinturas rupestres, grabados, y figurinas talladas. Estos, así como los adornos personales, son símbolos que servían para comunicar conceptos a otros, posiblemente incluyendo – en el caso de las pinturas rupestres – la intención de comunicarlos a futuras generaciones o a entidades supernaturales.

Para nosotros, los humanos del siglo XXI, es imposible determinar con seguridad cómo apareció el pensamiento simbólico, y cuándo. Sólo podemos hacer deducciones a partir de los restos tangibles que han llegado a nosotros de aquellos tiempos: los objetos utilitarios y de arte, pinturas rupestres, ornamentos personales… Se supone que el inicio de su elaboración corresponde, por lo menos aproximadamente, con el cambio mental de nuestros antepasados, o sea con el salto al pensamiento y comportamiento moderno. (Ver mi post del 13 junio 2015.)

Se ha sugerido que la relativa sofisticación de las herramientas y expresiones artísticas de los humanos cuando salieron de África pudiera indicar que éstos tenían un nivel cognitivo superior y que eran capaces del pensamiento simbólico[viii]. Los neandertales, quienes no realizaron pinturas rupestres tales como las de las cuevas de Altamira y Lascaux, eran considerados inferiores, incapaces del pensamiento simbólico. Pero no es del todo así: en varias cuevas españoles se encontraron pinturas con formas de manos y varios tipos de discos; dada su edad, de más de 40.800 años, es probable (pero no del todo seguro) que los artistas responsables de estas pinturas eran neandertales[ix]. Una de estas cuevas españolas, la de Nerja, es famosa por sus pinturas rupestres, algunas representando focas o peces, que pudieran tener suficiente edad para haber sido elaboradas por neandertales[x] (ver imagen).

Blog 160507 - Arte neandertal

En una cueva en Gibraltar se encontraron incisiones geométricas que pueden tener suficiente edad para ser atribuibles a los neandertales que habitaron la cueva – lo que pudiera indicar que los neandertales tenían la capacidad de contar[xi]. También se han encontrado adornos personales y objetos de arte figurativa de épocas anteriores a la de nuestra especie, de áreas donde vivían sólo los neandertales[xii] (ver imagen).

Además, tanto los neandertales como sus ancestros, los Homo heidelbergensis, utilizaban ya el ocre, un óxido de hierro y/o manganeso que aun hoy día es utilizado entre otras cosas como pintura corporal o para pintar objetos varios. Hace unos 250.000 años, algunos grupos de neandertales ya utilizaban el ocre; pero no se sabe con qué fin[xiii]. Uno de sus usos puede haber sido como bloqueador solar, aplicado sobre la piel[xiv]. En algunos casos, sin embargo, es posible que también los neandertales, así como los primeros humanos, hayan utilizado el ocre para fines sociales o de adorno personal[xv].

Unas conchas marinas perforadas, y recubiertas de trazas de ocre, fueron encontradas en dos cuevas en Murcia (España), alejadas de la costa; datan de hace 50.000 años y están asociadas a herramientas características de los neandertales. Es posible que representan adornos personales, lo que implicaría que los neandertales tenían la capacidad mental suficiente para este tipo de pensamiento simbólico. Por su edad, estos posibles adornos se habrían elaborado antes de la llegada de los humanos por esos lares, lo que sería una confirmación de la capacidad de los neandertales de producir adornos por iniciativa propia[xvi].

Una pieza de silex (un tipo de roca silícea) con forma de cara humana, los ojos resaltados mediante fragmentos de hueso encrustados en la roca, fue encontrada en Francia, al frente de una cueva que fue habitada por neandertales. La edad de esta pieza es de 35.000 años (sin calibrar; la edad calibrada sería de unos 40.000 años[xvii]). Esta pieza pudiera ser un objeto de arte neandertal[xviii], aunque por su edad relativamente joven no se puede descartar por completo que hubo alguna influencia humana.

También existen ejemplos de adornos personales elaborados por neandertales mucho antes de la llegada de los humanos a Europa. Se trata principalmente de dientes y huesos de animales salvajes, que fueron perforados, al parecer para servir como colgantes. Han sido atribuidos a neandertales unos huesos perforados de lobo, zorro y otros animales salvajes: algunos encontrados en Alemania (de hace 110.000 años, o sea antes de la llegada de Homo sapiens al continente), otros en Francia, España y Rusia[xix]. Recientemente se describieron ocho garras de águila de hace 130.000 años, encontradas juntas en una gruta en Krapina (Croacia), habitada en aquel entonces por neandertales; estas garras fueron pulidas y modificadas, presumiblemente para ser incorporadas a un colgante[xx]. Desconocemos qué función tenían estos colgantes. Posiblemente eran amuletos o símbolos de estatus, más que simples adornos.

La relevancia de estos objetos que parecen haber servido algún fin de relevancia social o cultural, estriba en el hecho que sugieren que los neandertales eran capaces de pensamiento simbólico – una capacidad que generalmente sólo se atribuye a nuestra propia especie, Homo sapiens. (Ver mi post del 13 junio 2015.)

Entre los adornos personales de los neandertales cabe destacar las plumas de aves. Así como los indios de Norteamérica se ponían (y todavía se colocan, en ocasiones importantes) en la cabeza atavíos de plumas, los neandertales parecen haber utilizado plumas también, probablemente con fines sociales. Se han encontrado en varias cuevas habitadas por neandertales – por ejemplo en Gibraltar[xxi] y en el norte de Italia[xxii] – cantidades importantes de huesos de las alas de aves rapaces. Estos huesos muestran marcas de cortes, lo que pudiera parecer extraño dado que las alas tienen muy poca carne, y en general las aves rapaces no se comen. Pero esto tiene mucho sentido si los neandertales les quitaban a las aves las plumas de las alas, que son las más grandes, para utilizarlas en adornos o en atavíos para señalar su estatus.

Así que, tal como ya vimos en el post del 13 junio 2015, la transición al pensamiento simbólico moderno empezó antes de la aparición de nuestra especie.

Neandertales compasivos

¿Tenían sentimientos y emociones los neandertales? Probablemente sí. Sus huesos nos cuentan historias de vidas duras y de enfermedades, pero también nos hablan de los cuidados que recibieron los enfermos. Existen varios ejemplos de individuos heridos o enfermos que sin la ayuda de sus familiares o compañeros no hubieran podido sobrevivir tantos años con sus lesiones o deformaciones.

Los neandertales ayudaron, por lo menos en algunos casos, a sus compañeros heridos. Un ejemplo famoso es el de un varón de 35-50 años de edad, encontrado en la cueva de Shanidar en Iraq y llamado informalmente Nandy (más formalmente, se denomina Shanidar 1), en cuyo cráneo la cavidad del ojo izquierdo había sido machacada, probablemente dejando ciego al individuo, cuyo brazo derecho había sido amputado, y en cuya pierna derecha las articulaciones muestran los efectos de una artritis causada por algún trauma. A pesar de que muchas de estas lesiones probablemente ocurrieron durante su adolescencia, el individuo alcanzó una edad relativamente avanzada, lo que sugiere que recibió ayuda de otros para mantenerse en vida[xxiii].

Otro ejemplo proviene de Atapuerca (España), donde entre los huesos de unos antecesores de los neandertales se encontró el cráneo deformado de un niño (o niña) que murió a una edad aproximada de entre cinco y ocho años. Las deformaciones son consistentes con una enfermedad ahora rara, craneosinostosis (el cierre prematuro de las suturas del cráneo), que debe haberle causado una deformación facial y retraso mental. A pesar de esto, el individuo recibió suficiente cuidado para sobrevivir varios años con esta enfermedad dolorosa[xxiv].

O sea, los neandertales parecen haber sido, por lo menos en algunas ocasiones, tan humanos como lo quisiéramos ser nosotros. Tal vez lo eran con respecto a sus familiares o compañeros y no tanto hacia desconocidos, pero parece que la compasión no les era ajena[xxv].

¿Funerales neandertales?

La posición en la que fueron encontrados varios esqueletos neandertales indica que fueron enterrados. Por ejemplo, en Chapelle-aux-Saints (Francia) se halló el esqueleto de un neandertal que había sido colocado en un hueco excavado en el suelo de una gruta y cubierto de tierra antes de que el cuerpo pudiese ser perturbado[xxvi]. En el Levante mediterráneo se encontraron también varios esqueletos de neandertales que probablemente fueron enterrados[xxvii]. No hay evidencias de rituales o ajuares funerarios, pero parece que los neandertales tenían la capacidad cognitiva para tener cierto cuidado de los muertos y que, en lugar de dejar tirados sus cuerpos en algún lugar, por lo menos en ciertos casos los enterraron.

En la cueva de Shanidar se halló una acumulación de polen de flores por encima del esqueleto de un neandertal. Durante años algunos consideraron que esto pudiera representar una ofrenda floral, lo que indicaría algún tipo de ritos funerarios o por lo menos de sentimientos hacia el fallecido (tal vez un chamán u otro personaje importante)[xxviii], pero recientemente la causa de la presencia de flores fue identificada: este tipo de acumulaciones de polen son formadas por la actividad de abejas, así que no pueden ser utilizadas como indicación de sentimientos finos de los neandertales[xxix].

En Murcia (España) se encontraron, enterrados en una cueva, tres esqueletos de neandertales – dos adultos y un niño. Tenían los brazos cruzados, estaban cubiertos por piedras, y se encontraron dos patas de pantera junto a los esqueletos. Se supone que se trata de un entierro, y las patas de pantera tienen posiblemente un significado ritual. Pero no se sabe si los neandertales enterraron sus muertos por alguna razón ritual, o si era sólo para evitar que se acercaran animales salvajes a los cuerpos de los muertos[xxx].

Otro posible entierro, considerado dudoso por varios estudiosos, es el de 27 individuos en un foso en la cueva de Atapuerca (Burgos, España), acompañados por un hacha lítica de color rojo – lo que puede indicar algún significado ritual. Este sería el entierro más viejo conocido, ya que tiene una edad de 350.000 años[xxxi].

La relación de los neandertales con sus muertos tuvo una faceta que nosotros consideraríamos más bien un poco lúgubre. En El Sidrón (Asturias, España) se encontraron los restos fósiles de doce individuos de hace 49.000 años, cuyos huesos mostraban marcas de corte típicas de cuando se deshuesa carne. Además, muchos huesos habían sido rotos como para extraer el meollo. Se supone que estos huesos rayados y rotos representan el resultado de un acto de canibalismo[xxxii]. Asimismo, se encontraron en Marillac (Francia) los restos de varios neandertales, cuyos huesos habían sido cortados y rotos poco tiempo después de su muerte. Esto se hizo con herramientas de piedra; no se encontraron indicios de que fueran animales los responsables de esto. Se considera que probablemente se trata de canibalismo también[xxxiii]. Por otro lado, los huesos rotos y rayados de neandertales que se encontraron en Krapina (Croacia) son más probablemente el resultado de la actividad de animales carnívoros, no de algún acto de canibalismo[xxxiv].

Las sociedades actuales que, hasta hace poco, practicaron el canibalismo, lo hacían por razones sociales y religiosas; pero es posible que los neandertales se comieron a otros neandertales por una razón más de supervivencia: para alimentarse en tiempos de escasez de animales, por ejemplo en el invierno[xxxv]. Además, el hecho que se hayan encontrado, en un yacimiento arqueológico de neandertales, herramientas elaboradas de huesos de neandertales, hace pensar que los neandertales eran, por lo menos en algunos casos, bastante pragmáticos acerca del uso que se podía dar a los cuerpos de los fallecidos[xxxvi].

¿Neandertales musicales?

En varias cuevas del sudeste europeo se encontraron huesos huecos (principalmente fémures de osos juveniles) con múltiples perforaciones, de una edad coincidiendo con la época de los neandertales. Por su semejanza a las flautas, se pensó que estos objetos eran instrumentos musicales y se concluyó que los neandertales hacían música – una importante actividad de naturaleza social. Sin embargo, este razonamiento se quedó en el aire cuando se descubrió que los huecos en los huesos fueron causados con toda probabilidad por los dientes de las hienas que se alimentaron de los restos de los osos muertos[xxxvii].

Por otro lado, los neandertales tenían un tracto vocal parecido al nuestro, así que muy probablemente eran capaces de cantar. El canto es una actividad social muy importante para las sociedades humanas actuales de cazadores-recolectores, así que – por analogía – es posible que los neandertales también cantaban, por ejemplo en las cuevas que utilizaban y que a menudo tienen acústicas impresionantes[xxxviii].

Culturas neandertales

No podemos hablar de la cultura neandertal como si fuera una sola. Ya vimos en mi post anterior que los neandertales se alimentaban de maneras distintas dependiendo del entorno en el que vivían, y sus herramientas las elaboraban utilizando los materiales que tenían a la mano. Asimismo, sería lógico suponer que sus costumbres y maneras de hacer las cosas – su cultura – haya variado a lo largo del área tan extensa que habitaban. Desafortunadamente, culturas suelen dejar pocos rastros en el registro arqueológico; lo que nos llega de las culturas prehistóricas, son principalmente los objetos que se producían.

Un estudio de hachas de mano producidas por neandertales en Europa occidental entre hace 115.000 y 35.000 años mostró que hubo dos formas distintas: una típica de los neandertales que vivían en lo que hoy día son Francia e Inglaterra, y otra típica de Alemania. Al parecer había dos tradiciones culturales regionales distintas. En Bélgica y Holanda se encontraron ambos tipos, lo que sugiere cierta movilidad de individuos y/o ideas de una región a otra[xxxix].

Conclusión

En el post anterior ya vimos que los neandertales no eran tan subdesarrollados como se pensaba en el pasado. Eran una especie exitosa que durante más de 200.000 años logró sobrevivir en un entorno a veces hostil (especialmente durante las épocas de hielo), extendiéndose desde Inglaterra hasta el Levante mediterráneo, y desde la península ibérica hasta Siberia.

En este post vimos que también desde el punto de vista mental y sociocultural los neandertales tenían bastante en común con los humanos. Muy probablemente su capacidad cognitiva era lo suficientemente desarrollado para haber alcanzado el pensamiento simbólico. Tenían la capacidad del lenguaje. Elaboraban objetos de arte y de adorno. Ayudaban a otros neandertales enfermos, y a los muertos los enterraban, por lo menos ocasionalmente. Todo esto nos indica que, desde el punto de vista cognitivo, los neandertales no eran tan inferiores a los humanos como antes se pensaba[xl].

Pero, si los neandertales habían alcanzado cierto grado de desarrollo, ¿por qué desaparecieron? De esto hablaremos en el siguiente post.

 

Nota: la foto en el encabezado del post muestra una recreación de un enterramiento neandertal en la cueva de Shanidar (Irak).  Crédito: Institución Smithsonian. Fuente: http://terraeantiqvae.com/m/group/discussion?id=2043782%3ATopic%3A348390

[i]     Pearce, E., Stringer, C. y Dunbar, R.I.M., 2013. New insights into differences in brain organization between Neanderthals and anatomically modern humans. Proceedings of the Royal Society B, 280, 1758. http://rspb.royalsocietypublishing.org/content/280/1758/20130168.

[ii]    Martínez M., I. y Arsuaga F., J.L., 2009. El origen del lenguaje: la evidencia paleontológica. Munibe Antropologia-Arkeologia, 60, 5-16. www.aranzadi-zientziak.org/fileadmin/docs/Munibe/2009005016AA.pdf. Dediu, D. y Levinson, S.C., 2013. On the antiquity of language: the reinterpretation of Neandertal linguistic capacities and its consequences. Frontiers in Psychology, 4, 397. http://journal.frontiersin.org/Journal/10.3389/fpsyg.2013.00397/full. Martínez, I., Arsuaga, J.L., Quam, R., Carretero, J.M., Gracia, A. y Rodríguez, L., 2008. Human hyoid bones from the middle Pleistocene site of the Sima de los Huesos (Sierra de Atapuerca, Spain). Journal of Human Evolution, 54 (1), 118-124. www.sciencedirect.com/science/article/pii/S004724840700139X. Capasso, L., Michetti, E. y D’Anastasio, R., 2008. A homo erectus hyoid bone: possible implications for the origin of the human capability for speech. Collegium Antropologicum, 32, 1007-1011. http://hrcak.srce.hr/file/54142.

[iii]   Vernes, S.C. y otros, 2011. Foxp2 regulates gene networks implicated in neurite overgrowth in the developing brain. PloS Genetics, 7 (7), e1002145. www.plosgenetics.org. Sia, G.M., Clem, R.L. y Huganir, R.L., 2013. The human language-associated gene SRPX2 regulates synapse formation and vocalization in mice. Science, 342 (6161), 987-991. www.sciencemag.org/content/342/6161/987.abstract.

[iv]   Lai, C.S.L., Fisher, S.E., Hurst, J.A., Vargha-Khadem, F. y Monaco, A.P., 2001. A forkhead-domain gene is mutated in a severe speech and language disorder. Nature, 413, 519-523. www.nature.com.

[v]    Krause, J. y otros, 2007. The derived FOXP2 variant of modern humans was shared with neandertals. Current Biology, 17 (21), 1908-1912. http://www.cell.com/current-biology/pdf/S0960-9822(07)02065-9.pdf.

[vi]   McCarthy, R., Hammond, A., Yates, F. y Lieberman, P., 2008. Voices out of the past: synthesizing Neanderthal speech. 77th Annual Meeting of the American Association of Physical Anthropologists. http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/ajpa.20806/epdf.

[vii]  Wynn, T., 2011. How to think like a Neandertal. Oxford University Press.

[viii] Mellars, P. 2004. Neanderthals and the modern human colonization of Europe. Nature, 432, 461-465. www.nature.com/nature/journal/v432/n7016/abs/nature03103.html.

[ix]   Pike, A.W.G. y otros, 2012. U-series dating of Paleolithic art in 11 caves in Spain. Science, 336, 1409-1413. http://science.sciencemag.org/content/336/6087/1409. Appenzeller, T., 2012. Old masters. Nature, 497, 302-304. www.nature.com/news/neanderthal-culture-old-masters-1.12974.

[x]    Ver: http://cuevadenerja.es/blog/expertos-aseguran-que-la-cueva-de-nerja-es-la-cavidad-paleolitica-mas-importante-del-mundo/.

[xi]   Rodríguez-Vidal, J. y otros, 2014. A rock engraving made by Neanderthals in Gibraltar. Proceedings National Academy of Sciences, 111 (37), 13301-13306. http://intl.pnas.org/content/111/37/13301.full.pdf.

[xii]  Radovčić, D., Sršen, A.O., Radovčić, J. y Frayer, D.W., 2015. Evidence for Neandertal jewelry: modified white-tailed eagle claws at Krapina. PLoS ONE, 10 (3), e0119802. http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0119802. Bednarik, R.G., 2003. A figurine from the African Acheulian. Current Anthropology, 44 (3), 405-413. www.jstor.org/stable/10.1086/374900. Bednarik, R.G., 2013. Bednarik, R.G., 2008. Beads and cognitive evolution. Time and Mind, 1 (3), 285-318. www.tandfonline.com/doi/pdf/10.2752/175169708X329354.

[xiii] Roebroeks, W., Sier, M.J., Nielsen, T.K., De Loecker, D., Parés, J.M., Arps, C.E.S. y Mücher, H.J., 2012. Use of red ochre by early Neandertals. Proceedings National Academy of Sciences, 109 (6), 1889-1894. http://intl.pnas.org/content/109/6/1889.full.pdf.

[xiv] Rifkin, R.F., Dayet, L., Queffelec, A., Summers, B., Lategan, M. y d’Errico, F., 2015. Evaluating the photoprotective effects of ochre on human skin by in vivo SPF assessment: implications for human evolution, adaptation and dispersal. PLoS ONE, 10 (9), e0136090. http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0136090.

[xv]  Barham, L.S., 2002. Systematic pigment use in the Middle Pleistocene of south-central Africa. Current Anthropology, 43 (1), 181-190. http://www.jstor.org/stable/10.1086.

[xvi] Zilhão, J. y otros, 2010. Symbolic use of marine shells and mineral pigments by Iberian Neandertals. Proceedings National Academy of Sciences, 107 (3), 1023-1028. http://intl.pnas.org/content/107/3/1023.full.pdf. Zilhão, J. y otros, 2010. Did Neandertals think like us? Scientific American, June 2010, 72-75. www.scientificamerican.com.

[xvii] Mellars, P., 2006. A new radiocarbon revolution and the dispersal of modern humans in Eurasia. Nature, 439, 931-935. www.nature.com/nature/journal/v439/n7079/abs/nature04521.html.

[xviii]         Marquet, J.-C. y Lorblanchet, M., 2003. A Neanderthal face? The proto-figurine from La Roche-Cotard, Langeais (Indreet-Loire, France). Antiquity, 77 (298), 661-670. http://journals.cambridge.org/action/displayAbstract?fromPage=online&aid=9428395&fileId=S0003598X00061627.

[xix] Bednarik, R.G., 2005. Middle Pleistocene beads and symbolism. Anthropos, 100 (2), 537-552. http://www.jstor.org/discover/10.2307/40466555.

[xx]  Radovčić, D., Sršen, A.O., Radovčić, J. y Frayer, D.W., 2015. Evidence for Neandertal jewelry: modified white-tailed eagle claws at Krapina. PLoS ONE, 10 (3), e0119802. http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0119802.

[xxi] Finlayson, C. y otros, 2012. Birds of a feather: Neanderthal exploitation of raptors and corvids. PLOS ONE, 7 (9), e45927. http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0045927.

[xxii] Peresani, M., Fiore, I., Gala, M., Romandini, M. y Tagliacozzo, A., 2011. Late Neandertals and the intentional removal of feathers as evidenced from bird bone taphonomy at Fumane Cave 44 ky B.P., Italy. Proceedings National Academy of Sciences, 108 (10), 3888-3893. www.pnas.org/content/108/10/3888.full.pdf.

[xxiii]         Stewart, T.D., 1959. The restored Shanidar I Skull. Smithsonian Institution Annual Report for 1958, pág. 473-480. Trinkaus, E. y Zimmerman, M.R., 1982. Trauma among the Shanidar Neandertals. American Journal of Physical Anthropology, 57 (1), 61-76. http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/ajpa.1330570108/abstract.

[xxiv]         Gracia, A., Arsuaga, J.L., Martinez, I., Lorenzo, C., Carretero, J.M., Bermúdez de Castro, J.M. y Carbonell, E., 2009. Craniosynostosis in the Middle Pleistocene human Cranium 14 from the Sima de los Huesos, Atapuerca, Spain. Proceedings National Academy of Sciences, 106 (16), 6573-6578. http://intl.pnas.org/content/106/16/6573.full.pdf.

[xxv] Spikins, P.A., Rutherford, H.E. y Needham, A.P., 2010. From homininity to humanity: compassion from the earliest archaics to modern humans. Time and Mind, 3 (3), 303-325. www.tandfonline.com/doi/abs/10.2752/175169610X12754030955977.

[xxvi]         Rendu, W. y otros, 2014. Evidence supporting an intentional Neandertal burial at La Chapelle-aux-Saints. Proceedings National Academy of Sciences, 111 (1), 81-86. www.pnas.org/content/111/1/81.full.pdf.

[xxvii]        Belfer-Cohen, A. y Hovers, E., 1992. In the eye of the beholder: Mousterian and Natufian burials in the Levant. Current Anthropology, 33 (4), 463-471. www.jstor.org/stable/2743875.

[xxviii]       Solecki, R.S., 1975. Shanidar IV, a Neanderthal Flower Burial in Northern Iraq. Science, 190, 880-881. www.sciencemag.org/content/190/4217/880.extract. Leroi-Gourhan, A., 1998. Shanidar et ses fleurs. Paléorient, 24, 79-88. www.persee.fr/docAsPDF/paleo_0153-9345_1998_num_24_2_4679.pdf.

[xxix]         Fiacconi, M. y Hunt, C.O., 2015. Pollen taphonomy at Shanidar Cave (Kurdish Iraq): An initial evaluation. Review of Palaeobotany and Palynology, 223, 87-93. www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0034666715001724.

[xxx] Walker, M.J. y otros, 2011. The excavation of buried articulated Neanderthal skeletons at Sima de las Palomas (Murcia, SE Spain). Quaternary International, 259, 7-21. www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1040618211001807.

[xxxi]         Carbonell, E., Mosquera, M., Ollé, A., Rodríguez, X.P., Sala, R., Vergés, J.M., Arsuaga, J.L. y Bermúdez de Castro, J.M., 2003. Les premiers comportements funéraires auraient-ils pris place à Atapuerca, il y a 350 000 ans ? L’Anthropologie, 107 (1), 1-14. www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0003552103000025.

[xxxii]        Carbonell, E., y otros, 2010. Cultural cannibalism as a paleoeconomic system in the European Lower Pleistocene  Current Anthropology, 51 (4), 539-549. www.jstor.org/stable/10.1086/653807. Rosas González, A. y otros, 2012. Los neandertales de El Sidrón (Asturias): contexto y paleobiología. En: Mateos Cachorro, A. y Perote Alejandre, A. (coords.), Visiones del ser humano. Del pasado al presente. Instituto Tomás Pascual Sanz, Madrid & CENIEH, Burgos; pp. 49-60. www.institutotomaspascualsanz.com/descargas/formacion/publi/Libro_Visiones_del_Ser_Humano.pdf.

[xxxiii]       Garralda, M.D., Maureille, B. y Vandermeersch, B., 2014. Neanderthal infant and adult infracranial remains from Marillac (Charente, France).  American Journal of Physical Anthropology, 155, 99-113. http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/ajpa.22557/epdf.

[xxxiv]       Orschiedt, J., 2009. The Krapina case – new results on the question of cannibalism of Neanderthals. Paleoanthropology Society Meeting Abstracts, Chicago, 31 March & 1 April 2009, A28. http://paleoanthro.org/media/journal/content/PAS2009A.pdf.

[xxxv]        Carbonell y otros, 2010. Ver nota 32.

[xxxvi]       Verna, C. y d’Errico, F., 2011. The earliest evidence for the use of human bones as a tool. Journal of Human Evolution, 60 (2), 145-157. www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0047248410002071.

[xxxvii]      Diedrich, C.G., 2015. ‘Neanderthal bone flutes’: simply products of Ice Age spotted hyena scavending activities on cave bear cubs in European cave bear dens. Royal Society open science, 2, 140022. http://rsos.royalsocietypublishing.org/content/royopensci/2/4/140022.full.pdf.

[xxxviii]     Mithen, S., 2006. The singing neanderthals. The origins of music, language, mind and body. Weidenfeld & Nicholson.

[xxxix]       Ruebens, K., 2013. Regional behavior among later Neanderthal groups in Western Europe: A comparative assessment of late Middle Palaeolithic bifacial tool variability. Journal of Human Evolution, 65 (4), 341-362. www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0047248413001474.

[xl]   Zilhão, J., 2012. Los neandertales y la emergencia del simbolismo. En:  Mateos Cachorro, A. y Perote Alejandre, A. (coords.), Visiones del ser humano. Del pasado al presente. Instituto Tomás Pascual Sanz, Madrid & CENIEH, Burgos; pp. 41-48. http://www.institutotomaspascualsanz.com/descargas/formacion/publi/Libro_Visiones_del_Ser_Humano.pdf.

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